Huajuapan de León, Oaxaca.- (Texcoco Mass Media).- A diferencia de la difusión que todavía recibe San Juan Copala de parte de los medios nacionales, políticos y opinión pública, el último capítulo del conflicto de tierras entre San Juan Ñumi y San Juan Mixtepec – a casi dos meses del secuestro de 35 comuneros de Ñumi-, parece no merecer la atención de la prensa nacional, de la clase política, de organismos defensores de derechos humanos y de la sociedad civil; como si la ausencia de decesos fuera condición para no merecer la nota en primera plana a criterio de varios medios, sin pensar en la infamia de privar de la libertad a seres humanos independientemente de la filiación política, partidista y/o pertenencia. Se agrega aquí un reclamo a las instancias impartidoras de justicia que deberían actuar de oficio.
Característico desde el primer día de su gestión, al actual gobierno estatal le preocupó más ajustar cuentas que obtener consensos, hostigar a la oposición que buscar la gobernabilidad, y los resultados se reflejaron en las pasadas elecciones estatales. Así el perfil de una conducción mediocre se perfila hasta el último día de la administración de Ulises Ruiz, y se percibe falta de voluntad política para resolver el secuestro de los comuneros de Ñumi como bien señala Luis Santiago Ramírez, representante de Antorcha Campesina en Huajuapan. Desde mi punto de vista, pareciera que los priístas buscan dejar el paquete para el próximo gobierno, olvidan que no es un problema espontáneo, que los antecedentes del conflicto son de 1945 con la disputa de 1800 hectáreas.
Sin menoscabo de las autoridades, de la organización, la autodeterminación y el derecho consuetudinario indígena, la privación de la libertad de cualquier persona es condenable en el sentido de ser un delito de lesa humanidad, se agregan la complejidad de los conflictos limítrofes entre comunidades y la incapacidad de un gobierno que no acierta buscar alternativas para las partes en pugna. Es cierto que la vida de los comuneros de Ñumi la depende de la estabilidad política de Mixtepec, en otras partes y regiones del estado la violencia es más acentuada al grado de originar desplazados por absurdo que parezca. En estos días medio centenar de habitantes de Zimatlán de Lázaro Cárdenas se tuvieron que refugiar en Tlaxiaco por los ataques de San Sebastián Nopalera, afortunadamente no es el caso entre Mixtepec y Ñumi.
Otro aspecto son los familiares de los retenidos cuya angustia parecía disminuir al permitírseles visitarlos como lo declararon autoridades de Mixtepec, versión que ha sido rechazada por Ñumi lo que provoca confusión sobre este aspecto al no tener datos exactos sobre las condiciones físicas y sicológicas de los comuneros. Desafortunadamente pasa el tiempo sin que se vean resultados concretos para su liberación, y lo que es más reprobable, que las autoridades estatales con los antecedentes de los conflictos no hayan encontrado los conductos adecuados para remediarlo. En este mismo sentido nos manifestaríamos si los secuestrados fueran de San Juan Mixtepec.
¿Qué se cocina?
Después de la jornada electoral, Martha García Manzanares regresa a su puesto de presidenta municipal de Huajuapan de León, además de enfrentar la derrota por no obtener la diputación local afronta el fracaso de no haber podido retener la presidencia municipal ante la coalición Francisco Círigo. Sin duda la experiencia merece un profundo análisis de las fortalezas y debilidades que enfrentó la dupla PRI-PVEM en el distrito de Huajuapan, y lo principal, el impacto de la gestión de la edil en el electorado huajuapeño con sus repercusiones en la zona de influencia del distrito electoral para que se obtuvieran resultados de esa índole. Situación similar la enfrenta el PRD en Tezoatlán que perdió la presidencia y la reconquistó el PRI, allá también se tendrán que verificar las causas de tan decepcionante derrota.
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