Sin decirlo de frente, algunos pobladores aseguran que el poder lo tienen los que ocupan los principales cargos municipales
Nadia ALTAMIRANO DÍAZ
15/08/2010, 08:08:12 AM
La retención de las 39 personas se justifica en la necesidad de que se consiga delimitar la zona
Tlaxiaco, Oax.- Además del paisaje de pobreza que nadie objeta, el municipio de San Juan Mixtepec y la agencia de Santo Domingo Yosoñama, perteneciente a San Juan Ñumi, comparten la desconfianza de que esté cerca una solución al conflicto agrario por límites que originó la muerte de una persona y que otras 39 permanecieran retenidas hasta 72 días.
En ambas comunidades resalta el enojo que sienten, más que entre ellas, hacia el Gobierno del Estado que no ha podido delimitar las mil 740 hectáreas en conflicto.
Petición desatendida
“Desde hace mucho tiempo hemos exigido que nos sienten a dialogar a ambas partes, pero el Gobierno ha hecho caso omiso, nunca han dicho nada, han dejado que corra la sangre”, dice sin dudarlo Gilberto Reyes José, representante de la organización Antorcha Campesina en Santo Domingo Yosoñama, que tiene presencia en las diez comunidades que la integran, a excepción de Buena Vista, la agencia de policía a la que pertenecen las 39 personas que estuvieron retenidas.
En apariencia, la tranquilidad volvió a Buena Vista el miércoles, luego de que San Juan Mixtepec entregó a los 25 pobladores que faltaban. Antes había liberado a ocho, a dos y a cuatro más.
Es sábado y está cerrado el pequeño edificio que sirve para que despachen las autoridades. En las calles, ásperas por la terracería, algunas mujeres arrían el ganado y pocos hombres caminan por ahí, la mayoría está trabajando en las parcelas. Otros, como Hugo Cruz Cruz, vuelven a su casa.
El joven de 19 años, es uno de los seis estudiantes del Cecyte de Yosoñama, quien junto con otros dos alumnos de secundaria volvió a Buena Vista 65 días después de que pobladores de Mixtepec “nos acorralaron y nos llevaron a hablar, pero ya no nos soltaron”.
El 30 de mayo Hugo y otros 38 pobladores de Buena Vista fueron a limpiar una parcela escolar en la que años atrás sembraban frijol, pero que San Juan Mixtepec considera que está dentro de las mil 740 hectáreas que el Tribunal Unitario Agrario falló a su favor.
"Dicen que pasamos a su terreno de Mixtepec, pero nosotros íbamos sin saber nada”, cuenta Andrés José, otro joven que estuvo retenido 72 días. Entre sus palabras no mencionan a Antorcha Campesina, está de más que digan que la población pertenece al Frente Nacional Indígena Campesino, las leyendas en los pocos vehículos que aquí existen, lo señalan.
De emboscadas
Dos kilómetros arriba, en el Sabinillo, la presencia de Antorcha Campesina es notoria, tal como se lee en la tienda comunitaria. A ese pequeño poblado pertenecía Simón Antonio Santos, el hombre que hace una semana fue asesinado mientras trabajaba su parcela, en tanto que otros tres pobladores resultaron heridos.
“Fue una emboscada. El Gobierno del Estado no aceptó que mojonearan, nuestra gente se fue al monte y otros estábamos en una asamblea en La Paz, Yosoñama”, asegura Gilberto Reyes, quien pide ver que de ese lado están las víctimas y rechaza que el sábado pasado hayan incendiado 49 vehículos de habitantes de Mixtepec.
Versiones distintas
A unos 30 kilómetros de distancia, en San Juan Mixtepec, las cosas se relatan distintas. Los pobladores aceptan que unas 900 o hasta mil personas respondieron a la convocatoria que sus autoridades les hicieron desde el jueves pasado para que el sábado siguiente llegaran al paraje Agua Paloma. El propósito era hacer una brecha que les permitiera delimitar las mil 740 hectáreas que les pertenecen, pero que posee Yosoñama.
Todo porque “desconfíanos de Ulises Ruiz por la forma que ha venido trabajando como gobernador, con puras promesas. El gobierno tiene la autoridad suficiente para jalarles las riendas, nos dicen que las tierras son nuestras, pero no hacen nada, por eso fuimos a brechear”, explica Eduardo Sánchez Hernández.
Él perdió una camioneta porque quedó inservible, Nissan estacas 2008, está inservible porque cuando les advirtieron vía radio que pobladores de Yosoñama iban a su encuentro, “corrimos porque traíamos machetes y moto sierras y se escucharon balazos”.
Cree que si hubieran llevado armas de fuero hubieran vuelto por sus autos y pocos pudieron volver por ellos. “Cuando intentamos llegar a 500 metros se escuchaba la balacera y la humareda”. Para entonces ya había oscurecido y no se atrevieron a volver hasta que hace unos días las autoridades hicieron las diligencias.
Este sábado personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) llegó a Mixtepec a iniciar las diligencias con los propietarios de los vehículos dañados que en buena parte fueron adquiridos en Estados Unidos, a donde siete de cada diez familias prefieren emigrar y huir de la pobreza.
"Nadie pensó lo que iba a pasar", analiza Félix López, quien junto con sus cuatro hijos y su esposa Lorenza Ramírez sólo piensa volver a Estados Unidos porque su permiso en la fábrica que trabaja está por vencer y él ve difícil que el conflicto con Yosoñama se resuelva.
Lorenza no se puede quitar de la cabeza que volvieron a Mixtepec en mal momento, después de diez años de ausencia. Ella asegura que cuando subió a la zona en conflicto su esposo no llevaba armas y desde su casa alcanzó escuchar los disparos “como si hubiera tronado pólvora”.
No les cumplen
La retención de las 39 personas se justifica en la necesidad de que se consiga delimitar la zona, ese fue el acuerdo que el presidente de Bienes Comunales de Mixtepec, Jacinto Moisés López Hernández, dice que alcanzaron con la Secretaría General de Gobierno el miércoles pasado, a cambio de la liberación de los habitantes de Buena Vista.
“Ellos hicieron el compromiso a echar a andar el brecheo, pero no cumplen. Dijeron que quedaron de avisarnos pero hasta ahorita no se han comunicado, dijimos que sería lo más pronto posible y no hemos visto nada”.
Aún con casas de dos niveles y mayor presencia de habitantes por ser una cabecera municipal, aquí también hay carencias y son pocas las opciones de trabajo. El campo para hombres y mujeres, pero son ellas las que menos posibilidades tienen, la mayoría sobrevive vendiendo tortillas.
Desde que se retuvieron a los 39 habitantes de Buena Vista, la poca actividad económica se redujo todavía más. El presidente municipal, Leonel Martínez Sánchez, pasa más tiempo fuera del municipio, y es a él a quien los habitantes de Yosoñama responsabilizan de todo el problema.
Sin decirlo de frente, algunos pobladores aseguran que el poder lo tienen los que ocupan los principales cargos municipales, entendido en un cacicazgo político como el que hay en muchas localidades que, como ésta, se rigen por el sistema de usos y costumbres, pero que son dirigidas por gente afín al PRI.
“Es un pueblo muy abandonado, el Gobierno del Estado no hace más que dividir a los pueblos y el municipal contribuye”, expresa con preocupación Gregorio Santiago, representante de la comunidad Pie de la Peña, para quien las autoridades no les preocupa la sobrevivencia de la gente, el retorno de los migrantes o cambios reales, “sólo llevarse lo que pueden”.
Y es que la pavimentación de los 32 kilómetros de Mixtepec a Tlaxiaco empezó hace seis años y apenas lleva la mitad. En esa vía nadie ha quitado los troncos y ramas que hasta hace unos días impedían el paso unos siete kilómetros antes de la población.
Todavía está el letrero y dos conos naranjas que advierten que no hay paso, la cadena que impedía el tránsito ya no está tensa, pero sigue amarrada de dos árboles, a ambos extremos de una carretera que casi nadie transita, a pesar de ser el camino más corto a Tlaxiaco.
Cuando deben salir de San Juan Mixtepec, los pobladores prefieren transitar por el camino de terracería que conduce a Juxtlahuaca, viajar a Tlaxiaco implica pasar un entronque que conduce a Yosoñama y temen que les cobren su osadía de retener a 39 pobladores.
En Yosoñama también hay miedo, pero en ninguna de las dos poblaciones los habitantes muestran actitudes beligerantes. El temor a que deban pelear hasta la extenuación de los rencores, es de lo único que parecen tener certeza.
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